lunes, 15 de marzo de 2010

Publicidad Institucional

Hace mucho, mucho tiempo, o quizás no tanto, existía un mundo en dónde las relaciones entre la mentira y la verdad eran muy malas, malísimas. En un principio se intentaba por todos los medios consensuar y calmar ánimos. La mayoría de las veces los acuerdos se hacían pacíficamente, ganando así las dos partes interesadas. Las negociaciones con final feliz eran habituales en el Reino pero como “en todas las casas cuecen habas”, existía un grupo muy reducido de personas amantes de la libertad de expresión a los que no les atraían en absoluto las garras manipuladoras del “poder”.

CAPÍTULO PRIMERO: Lo que le pedía el poderoso en un primer encuentro.

- “Te pido que hables bien de mí y proclames a los cuatro vientos todos mis logros.

- No te preocupes, yo te diré lo que tienes que hacer. Te pongo un ejemplo: como seres humanos que somos cometemos errores; decisiones poco acertadas con un final que a veces no gusta a todos. Pues bien amigo... si quieres continuar con tu labor, no hables de ellos ni tampoco permitas que bajo tu techo otros lo hagan.

- Hay “personajillos” que están dispuestos a corromper mi estatus (nuestro estatus, compañero), gentuza que sólo aspira a quebrar mi posición. Quieren hundirme sacando a la luz lo que preferiríamos quedase a la sombra. Esos son el enemigo y te advierto que como te juntes con esa calaña nuestras relaciones se verán “mermadas”.

- No me importa cómo te llamas, no sé quién eres, no quiero saber cómo piensas, tampoco me interesan tus ideales y a pesar de ello necesito que estés a mi lado siempre, porque si no, querido... ¡desaparecerás!

- Te hundiré poco a poco quebrando tus cimientos. Comentaré cosas por aquí, por allá y a esos que saben lo que les conviene también les diré como eres y de manera fulminante dejarán de apoyarte.”

CAPÍTULO SEGUNDO: Lo que le contaba el poderoso cuando no se salía con la suya.

- “En enemigo mío te has convertido por hacer caso a tus absurdos, obsoletos y arcaicos sentimentalismos. Esa forma de pensar no te ayudó en absoluto a conseguir nuestros objetivos. ¿Qué te creías? ¿Que podías opinar lo que te diera la gana? ¿Que eras libre de hacer lo que quisieras?... ¡Ignorante!

- A ver si te entra en el cabeza, malnacido, ¡la libertad de expresión no me interesa! ¡Aquí mando yo. El dinero de mis ciudadanos lo reparto como me sale de los cojones ¿entiendes? Tú no quisiste nunca entrar en el círculo, pues bien... ¡ni un duro más!

- ¿Por qué no puedes ser como la inmensa mayoría de las gentes de tu gremio? Muchos de ellos hacen lo que les digo: eliminan lo que no me conviene, corrigen expresiones subidas de tono, publican entrevistas manipuladas...

- ¿Por qué te empeñaste en seguir otra línea distinta a la que yo te marcaba? Te ofrecí apoyo a cambio de pleitesía y... ¡lo rechazaste!

 - Pues bien... tan sólo me queda aplastarte como la mosca cojonera que eres... ¡muere entonces, maldito bastardo!”

Este es sólo un fragmento de un cuento, el cuento de nunca acabar. Los cuentos suelen pertenecer a la ficción pero no su moraleja. Vosotros, lectores, posiblemente no os percatéis del hecho de que este número de "La Nueva Guía Informativa" que tenéis entre las manos no porta publicidad institucional, el número pasado sufrió la misma suerte que éste y sin embargo otros medios de prensa escrita son favorecidos con dicha aportación municipal.

Posiblemente mes a mes sea imperceptible este dato y sería más interesante e instructivo ver un listado anual con las aportaciones publicitarias que este Ayuntamiento de Colmenar Viejo ha insertado en los medios escritos de la zona.

Probablemente el gabinete de comunicación de los consistorios base su reparto publicitario en diferentes variables como son: tirada, distribución y popularidad del medio, entre otros. Entonces nos preguntamos ¿por qué si a "La Nueva Guía Informativa" la conoce todo el mundo, con una tirada de 15.000 ejemplares (Tres Cantos y Colmenar Viejo) distribuida en todos los edificios municipales y en la mayoría de comercios de la zona carece de esa aportación municipal? ¿Por qué no nos enseñan ese cuadro comparativo del que hablamos? ¿Qué tienen otros medios que no tenga éste en particular... más tetas?

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