lunes, 21 de julio de 2008

Pan y Circo

Por fin nos quitamos el sayo. Llegó el verano y se llevó de un plumazo todos nuestros problemas para traerse consigo las terracitas, la piscina, la playa, la Eurocopa y la minifalda. ¡Bendito estío, qué haríamos sin ti!

Suerte que el tintito de verano me haga olvidar esos problemas, de los que ya casi ni me acuerdo, que tanto me quitaban el sueño hace tan solo un par de meses. Y es que uno necesita tener vacaciones, y más aún cuando se las han hecho pasar tan canutas como a nosotros este año.

También necesitan vacaciones los que mandan, que con el añito que llevamos necesitan algún periodo de calma en el que puedan aprobar las leyes que se les antojen sin que la opinión pública se les eche encima. A ver qué nos cuelan esta vez mientras andamos en bañador y con chancletas. Sólo espero no volver de Torrevieja y tener que trabajar 65 horas a la semana.

No obstante, la suerte se pone de parte del gobierno y le manda una providencial Eurocopa justo cuando el populacho estaba más cabreado. Poco importan las crisis o desaceleraciones siempre y cuando se metan los goles que se tienen que meter. Y qué feliz se veía a Zapatero en televisión hablando de fútbol en lugar de hablar del brutal aumento del precio del petróleo, de los transportistas, de los pescadores, de los agricultores, o de la subida del euribor. Para futbolista nuestro presidente, que dribla como nadie y mete goles por la escuadra.

Pero eso nos da igual. Mientras unos meten goles otros los encajamos sin despeinarnos.

¿Quién inventaría el fútbol? El fútbol no sé, pero lo de pan y circo fueron los romanos, aunque bien podría decirse que poco hemos avanzado en estos dos mil años, ya que a nosotros ni siquiera nos dan pan. Todo lo contrario, nos lo suben sin parar. Pero nos da igual, y así nos va. ¡Podemos!

No sé por qué me viene a la cabeza un artículo de hace años en el que se comparaba, estadísticamente, los progresos de la sociedad brasileña con los progresos de su selección de fútbol. El resultado era tan impactante como lógico. El progreso de la sociedad brasileña era inversamente proporcional a los éxitos deportivos de su selección. Cuando el gladiador lo hace mal, o el león sale al ruedo sin hambre, al populacho no se le pasa el cabreo que tenía antes de que empezara la función y demanda a sus gobernantes que solucionen sus problemas.

Mientras nuestros gladiadores sigan marcando nosotros seguiremos encajando todo tipo de goles, y seguirán pasando cosas, como el incremento de ricos en España, tan desapercibidas como hasta ahora. Si amigos, en tiempos de crisis y sus cientos de sinónimos, parece ser que el número de ricos en España aumentó un 4% en el 2007, y lo que es peor, nos lo presentan como si fuera algo positivo.

La clase media se asfixia entre hipotecas, y las clases más pudientes siguen especulando y aprovechan estos tiempos inciertos, y angustiosos para la clase media, para aumentar su patrimonio comprando propiedades a bajo precio. Pero todo da igual, porque somos campeones de Europa.