martes, 14 de julio de 2009

El Sentido de la Vida

Si hay algo bueno en cumplir años es que el tiempo le dota a uno de perspectiva, y sin caer en el famoso, “esto en mis tiempos era mejor”, se es capaz de analizar las complejas cuestiones metafísicas sobre de dónde venimos y a dónde vamos con mayor claridad.

En el caso que nos ocupa, recuerdo cuando era niño, un Madrid en el que la noche no tenía fin, y un Colmenar en el que las tertulias veraniegas se prolongaban en las terrazas hasta cualquier hora de la madrugada. Seguro que en esos tiempos también habría gente que trabajara al día siguiente, y también estoy seguro de que esos trabajadores del día después escucharían las voces de los contertulios debatiendo sobre el sentido de la vida, pero la noche continuaba, nadie se molestaba más de lo debido y la comprensión, el respeto y la convivencia se imponían.

Según crecía fui testigo de la imposición de límites a la noche Madrileña, y por ende a la Colmenareña. Todavía recuerdo el shock de tener que salir de los bares de copas a las tres de la mañana. Claro que en esos tiempos el pueblo en verano tenía una vida nocturna fuera de lo habitual y hasta podía entender el por qué del toque de queda. Tanta gente pasándolo tan bien hace demasiado ruido. ¿Recuerdan los cientos de personas que inundaban las calles de Colmenar desde La Campana y El Oasis hasta El Muro? Demasiado cachondeo para un pueblo tan serio y cívico como Colmenar.

Lo bueno era que entonces la patrulla se reducía a dos municipales que no daban a vasto para cerrar todos los bares de copas, así que las terrazas y sus tertulias seguían ininterrumpidas hasta que se cansara el dueño del bar. ¿Por qué habría de ser de otro modo?

Pero en los últimos años la situación ha cambiado. Ya no hay tantos bares de copas, debido en parte a la desertización ocio-cultural del pueblo, y por el contrario hay muchos más municipales, y no sólo municipales sino agentes de la BESCAM que nadie sabe realmente para qué están ni cuál es su razón de ser. Todo esto, combinado con la terrible moda de hacerle caso al vecino triste e intolerante de turno, ha dado lugar a una situación impensable en un país Mediterráneo de tan legendaria tradición callejera. Nos están cerrando las terrazas.

Todavía no me queda claro si esto responde a políticas municipales de aniquilación total del ocio en Colmenar, que le queda poco, o si es simplemente debido al hecho de que hay demasiada policía aburrida, haciendo nada, que en sus ratos de asueto nocturno no se les ocurre cosa mejor que perseguir como criminales a ciudadanos tranquilos cuyo único delito es disfrutar de una cerveza fresquita bajo las estrellas.

Por favor, que nadie venga con que si la ley dice tal o cual, que las leyes se deshacen igual que se hacen, y no creo que haya que enumerar todas las leyes que dicen mucho y no se cumplen.

Señor Alcalde, por favor, dígale a su policía que deje de tratarnos como a delincuentes, que ya tenemos hijos, trabajos decentes e hipotecas, déjenos disfrutar, por lo menos, de las noches de verano.

¡Que vienen las Suecas!

El Ayuntamiento anuncia a bombo y platillo la publicación de una guía turística de Colmenar Viejo. Toma ya... Y sin complejos oigan, que para eso ha estado este Ayuntamiento invirtiendo en sus bienes culturales, patrimoniales y sobre todo en los medioambientales, durante todos estos años.

No recuerdo bien. ¿Acaso no se opuso este alcalde a la inclusión de nuestro municipio en la Cuenca Alta del Manzanares, para poder construir todas las casitas y centros comerciales que quisiera? ¿No ha sido eso obstáculo para que se pueda desarrollar un turismo mínimamente cultural y ambientalmente interesante?

Ahora, de repente nos cuentan que se hace esta guía con la intención de promocionar el turismo local, cuando de lo único que se han ocupado toda la vida nuestros gobernantes, es de hacer que la gente pase de largo, de borrar el ambiente en las calles, de acabar con la fiestas, y de finalmente hacer que tanto la gente que vivía en este pueblo como los veraneantes, se marchen.

Recuerdo que hace años se les propuso la realización de una guía de caminos para recorrer en bicicleta, siendo esta una de las actividades que mejor se pueden llevar a cabo en el municipio por la cantidad de itinerarios con los que cuenta y que comunican con múltiples parajes naturales.

Dicha guía fue presentada por gente que conoce estas rutas y que ha montado en bici toda la vida. No se aprobó, fue otra la que se hizo, pero no vamos a hablar de ella. La pueden ver ustedes mismos en la pagina del ayuntamiento y juzgar.

¿Y que decir de los fondos destinados a hacer que venga gente a ver y a disfrutar de nuestra ciudad? Pues queda claro el ejemplo del Festival de música Modorrock. Evento al que en teoría asistiría mucho turista, si no fuera porque a la organización de dicho festival el Ayuntamiento le pone pegas, les da pocos fondos y les presta la plaza de toros o no, cuando peor viene. Esto por lo menos, a lo largo de todos los años que se lleva celebrando. Puede que ahora con este ímpetu de llamar al turismo las cosas cambien, como seria lo normal.

Y es que al alcalde le ha entrado esa fiebre de los sesenta, la que les daba a Pajares y Landa en sus películas, pudiendo ver el futuro lleno de turistas, y montando para mayor gloria del municipio, cualquier chiringuito para que la suecas consuman, que esto del ladrillo parece que se ha acabado, ¡Y menos mal que viene el turismo! Por que si no...

Miren ustedes como mejoran las cosas. Han convertido la fiesta de carácter pagano de La maya, considerada precisamente por eso de Interés turístico regional, en una ofrenda floral católica por deseo del párroco. Que ha decidido que de paganismos nada, que hay educar en la fe, como si en la edad media nos encontráramos, y que el tiene potestad para cambiar las costumbres populares, Suponemos que el ayuntamiento ha mirado para otro lado a este respecto por el bien del turismo, aunque tal vez alguien les pueda pedir explicaciones.

Tal vez por estas cosas, lo de hacer un museo etnográfico o histórico ni se les ha pasado por su mollera. ¿O es que ya no saben donde se encuentra el poco patrimonio arqueológico rescatado de antiguas excavaciones? (Que antes de estos se hacían) ¿Acaso habrá desaparecido misteriosamente?
No se, pero desde que lo vi no lo he vuelto a ver, y hace años ya.

He leído además, que por supuesto se señalizaran las iglesias, único patrimonio a la vista de Colmenar en estos momentos, pero claro, de eso de invertir para sacar el patrimonio arqueológico infinito a la luz, ni hablamos. Nos conformamos con sacar cuatro tumbas de Remedios, sin excavar la necrópolis que allí existe, o haciendo una campaña arqueológica absurda en la Dehesa, para demostrar una hipótesis de trabajo que es evidente “En Colmenar hay minas de hierro y los antiguos las utilizaron”.

¡Qué bien! han dado trabajo al arqueólogo de Colmenar por un tiempo, para justificar su puesto en lugar de evitar que se lleven por delante ciertas cosas, como da la impresión a simple vista que está ocurriendo en las obras de la ampliación Sur de Colmenar. ¿No es eso de “vigilar” su verdadero trabajo?
Supongo en cambio que repetirán dichas excavaciones y esperamos que sean en esas zonas de la dehesa donde sí sale material digno de catalogación y donde sí se pueden hacer estudios serios y tal vez publicables. Tal vez contratando a una empresa con experiencia en arqueología se hicieran las cosas comos e deben hacer.

Por otro lado, ¿como piensan ustedes traer a los turisas? Espero que no sea haciéndoles utilizar el servicio publico de autobuses, porque lo llevan claro…

Mientras, ustedes si podrán irse a hacer turismo a cualquier parte, a cualquier lugar donde aun queden cosas por ver, porque todavía nadie ha decidirlo destruirlas.