jueves, 12 de marzo de 2009

El medio ambiente no es cosa de niños

Cada vez que hay elecciones me hago la misma pregunta: ¿Cómo de democrático es nuestro sistema democrático? La respuesta es de sobra conocida, poco. Porque aunque en el diccionario diga que Democracia es el predominio del pueblo en el gobierno político de un estado, lo cierto es que de predominio nada. En realidad tenemos que hablar de Democracia Representativa, que, resumiendo, consiste en que el pueblo elige a unos representantes y les legitima para que hagan lo que les venga en gana sin volver a pedir permiso hasta dentro de cuatro años.

Pero este no es el único modelo democrático que existe. También se puede hablar de Democracia Participativa, que es cuando se crean determinados mecanismos que permiten a los ciudadanos ejercer una influencia directa en las decisiones públicas. Ni que decir tiene que actualmente, en nuestra sociedad, no se puede hablar de muchos ejemplos de democracia participativa. Tal vez a nuestros gobernantes les de miedo que algún día la ciudadanía pueda llegar a prescindir de ellos… todo se andará.

A estas alturas del artículo casi todos estaremos de acuerdo en la importancia que podría tener cualquier mecanismo que fomente la democracia participativa, como es el caso de la Agenda 21 Local.

Para entender lo que es la Agenda 21 Local es necesario remontarse a 1987, cuando la señora Gro Harlem Brundtland, primera ministra de Noruega, a petición de Naciones Unidas elaboró un informe llamado “Nuestro futuro común”. La conclusión de dicho informe fue que el modelo de desarrollo capitalista-industrial-global es insostenible, no es viable. Además, en dicho informe aparece por primera vez el concepto de Desarrollo Sostenible como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.

A raíz de este informe, Naciones Unidas convocó la Conferencia Sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible en Río de Janeiro en 1992, conocida como la Cumbre de la Tierra. Lo que allí se aprobó, con el beneplácito de 179 gobiernos, ni más ni menos, fue lo que se conoce como Programa 21, que establece al medio ambiente como prioridad y lo coloca junto a lo social y lo económico como un pilar esencial del desarrollo sostenible. Además introduce el concepto de Glocalización, “pensar globalmente y actuar localmente”.

La Agenda 21 Local no es, ni más ni menos, que la implantación a nivel local del Programa 21. En palabras de la Comunidad de Madrid : “El objetivo de la Agenda 21 Local es lograr una gestión sostenible mediante la integración de aspectos ambientales, sociales y económicos en la política municipal, e implicando a la comunidad local mediante procesos participativos”. Esto último es uno de los aspectos en los que la Agenda 21 Local hace mayor hincapié, en la participación directa, real y efectiva de todos los ciudadanos, y el consenso con las autoridades locales. Es decir, la estrategia para el desarrollo sostenible del pueblo tiene que venir del consenso entre todos los actores del municipio y no impuesto desde el ayuntamiento, como hasta ahora ha venido pasado. Es por esto que la Agenda 21 sólo puede ser beneficiosa para el pueblo y sus habitantes, ya que está hecha contando con ellos, pero de verdad, y no excluyéndolos como de costumbre.

Ahora, señores del ayuntamiento, viene el tironcillo de orejas. No puedo evitar preguntarme cómo es que en Colmenar Viejo ni siquiera se ha iniciado el proceso para diseñar la Agenda 21 Local.

En principio pensé que pudiera deberse a cierta incompetencia o desidia en la Concejalía de Medio Ambiente, cuando caí en la cuenta de que no existe tal concejalía en el ayuntamiento de Colmenar, sino que es Concejalía de Juventud, Infancia y Medio Ambiente... claro, normal que el concejal no pueda estar a todas. Esto me lleva a cierta reflexión que no deja de ser curiosa… ¿Juventud, Infancia y Medio Ambiente? Que extraña forma de “pensar” la de este ayuntamiento que considera al medio ambiente vinculado a la juventud y a la infancia. Como si fuera cosa de niños, ¿no?

Quizá sea que el ayuntamiento no se siente capaz de llevar a cabo el tema este de la Agenda 21. Si es este el problema no se preocupen, que la Comunidad de Madrid se pone a su servicio para estos menesteres, y si no se lo creen consulten la página de apoyo a los Municipios de la Comunidad de Madrid para la implantación de la Agenda 21 (http://www.madrid21comunidad.fida.es) . Por cierto, que en esa misma página se puede encontrar este gráfico actualizado sobre el grado de implantación de la Agenda 21 en la Comunidad de Madrid (el contorno rojo corresponde al municipio de Colmenar Viejo). Espero que por lo menos se pongan un poquito coloraos al darse cuenta de que vecinos como Tres Cantos, Soto, San Agustín, Manzanares o Miraflores, por citar algunos ejemplos, ya están manos a la obra y nosotros ni nos lo planteamos. ¿Vamos a ir también en esto por detrás del resto? Siempre igual.



Excelentísimo señor alcalde, que usted es Presidente de la Comisión de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Asamblea de Madrid. No nos creemos que no haya usted oído hablar de la Agenda 21 Local, ¿o es que lo suyo es más lo de la ordenación del territorio?

viernes, 27 de febrero de 2009

A menos tres

Si esperas un autobús en Plaza Castilla un día que haya nevado, a 3 grados bajo 0, date por muerto o coge un taxi.

Los 3 euros no pagan los tres grados negativos, nadie aparecerá por allí a rescatarte salvo que pagues 30 euros. A 10 euros el grado negativo.

Uno se pone a pensar dónde vive al contemplar cómo el resto de autobuses, de pueblos más nevados que el tuyo, si que llegan recoger a los viajeros que esperan pasmados. En esos pueblos la temperatura cuesta lo mismo que el resto de los días.

Te enfadas, piensas cómo es posible que lleguen los autobuses de El Molar, que está más al norte, con carretera cortada según Telemadrid, y en cambio el tuyo no ha podido llegar. ¿Mala suerte?

Ato cabos. Aterido por el frío pienso que esa misma mañana llegué tarde a trabajar porque el autobús que va a la estación se retrasó lo suficiente como para llegar al tren cuando este ya estaba saliendo rumbo a Madrid . Recuerdo que el día anterior volví en nuestro maravilloso tren, , y vi cómo según llegaba a la estación el autobús que tendría que llevarme a casa se iba sin remordimientos de conciencia. Me pareció como si el piloto fundido de la parte trasera fuera un mueca gamberra que me hacia el vehiculo al dejarme allí esperando sin ninguna necesidad. Por eso hoy he decidido volver en autobús, por eso estoy aquí, parado, esperando para nada.

Pienso, por no pensar en el frío, en qué lugar tan extraño vivo. Recuerdo, ¿no son los dueños de esa empresa los que se pasean en las elecciones municipales con una chapita del PP colgada de su solapa? Que extraño que estos empresarios no cumplan con su cometido y puedan hacer lo que les salga de los bajos con total impunidad.

Mientras, Renfe termina un aparcamiento cuya construcción se atribuye el partido en el gobierno del ayuntamiento, aunque sea Renfe la que cobre un euro al día por utilizarlo. Los del ayuntamiento ya tienen un parking, además gratis, ¡ cómo van a construir otro para que les cobren ¡

“Es bueno para el pueblo” me decía un empresario que no se había enterado de para que era el parking en si. Cuando pienso en empresarios en fin de semana quiere decir que tengo las neuronas congeladas, pero bueno.

El caso es que los empresarios son robados en sus nuevos negocios que producen trabajo porque el ayuntamiento mantiene ocupada a la policía local vigilando los pasos de cebra, haciendo cumplir el objetivo mismo que esta señal tiene. Que pasen los peatones.

Y pienso que cuando me saqué el carné las señales horizontales funcionaban solas y no necesitaban un señor al lado para cumplir su objetivo. Creo recordar que en otros sitios siguen funcionando sólos y además que los policías están trabajando en otros lugares y a otras horas más peligrosas que la hora de ir al colegio. En otros pueblos, hasta han puesto semáforos que no cobran horas extras y pueden sustituir a los policías en algunos menesteres para que estos hagan el trabajo de vigilar.

Y por pensar ya hasta recuerdo. ¿Cómo es que no quisimos tener un parque natural y si tragamos con una cárcel?¡ Dios mío creo que estoy ya congelado y delirando, eso no puede ser! Mi mente esta inventando cosas….¡ven ya autobús mio!

Pasa un autobús de Tres Cantos. La congelación me hace creer que ese pueblo una vez perteneció a Colmenar, las empresas que había en el mantenían con sus impuestos las calles bien iluminadas, pero nos pagaron la independencia con una indemnización más barata que lo que me va a costar a mi el taxi. ¡No puede ser estoy alucinando!

¡Taxi, Taxi!

Epilogo:
Estoy en la cama bajo tres mantas, no consigo entrar en calor pero me duermo, sueño que voy a votar a esos a los que recomiendan votar los empresarios de autobuses que no llegan a la hora a la que deben llegar. Es su mayor símbolo, en la chapita salgo yo en un bloque de hielo, el eslogan es “congelemos la critica”
Me despierto, es un sueño. ¿O no?

martes, 27 de enero de 2009

Opus Dei… ¡Oh, no!

Desde los años 40, cuando se oye hablar de Opus Dei todo el mundo se echa las manos a la cabeza o tiembla como un flan. Y señores, no hay nada peor que la ignorancia. ¿Acaso alguna vez se ha interesado por conocer los principios del Opus Dei? Yo hasta ahora no, pero de pronto he sentido la necesidad de dar unas breves pinceladas de esta organización tan popular y desconocida a la vez.

Pues bien, el fundador de “La Obra” como ellos lo llaman, no fue otro que un estudioso de la teología, José María Escrivá de Balaguer (1902-1974) o San Josemaría. Pues sí, este señor fue canonizado por Juan Pablo II en 2002 por una supuesta “curación con carácter milagroso” a una monja, fallo que considero personalmente más que dudoso.

Al grano, para reducir todo a una sola frase, el principio del Opus Dei es ayudar a encontrar a Cristo en el trabajo, la vida familiar y el resto de actividades ordinarias. Lo que viene haciendo la Iglesia desde que es Iglesia, vamos.

Remontándonos a mediados de los 50, un señor llamado Francisco Corazón, instruido en la doctrina del Opus Dei, como sus ocho hijos no le daban suficiente trabajo, decidió fundar en 1962 la primera Granja Escuela de Capataces Agrícolas en la sierra de Córdoba. Según sus propias palabras “deseaba que se convirtiese en el futuro en una labor apostólica del Opus Dei”.

¿Qué importancia tiene este señor en todo esto? Más de la que nos imaginamos, mis queridos Colmenareños. Este miembro del Opus Dei, Francisco Corazón fue el antecesor de Joaquín Herreros, también miembro del Opus, que junto con otro señor de reputación aparentemente intachable fundaron los centros de formación profesional EFAs (Escuelas Familiares Agrarias). En Colmenar Viejo hay una.

La EFA Valdemilanos de Colmenar Viejo imparte ciertos cursos de formación profesional, apoyo a los mayores, cursos para desempleados… aunque debería decir “desempleadas” ya que en este centro sólo aceptan niñas y mujeres. Sí señores, como lo leen, en pleno siglo XXI, con los más avanzados medios tecnológicos al alcance de todos, habiendo llegado a la Luna, Marte, al interior de los volcanes y a la madre que lo parió, existen escuelas que abogan por la educación diferenciada de sexos. Esta propuesta de la EFA Valdemilanos no es una apuesta por la formación de la mujer, que también lo es, sino una propuesta porque las niñas deben recibir una educación diferente a la de los niños.

En la página web de estas escuelas EFA tienen un apartado de enlaces de interés donde podemos visitar páginas como www.diferenciada.org (defienden la educación diferenciada por sexos, en centros educativos o asignaturas específicas, con el lema Las escuelas single-sex: una opción actual para la diversidad), www.igualesperodiferentes.org o www.opusdei.org.

En definitiva, mis queridos Colmenareños, el Instituto EFA Valdemilanos de Colmenar Viejo es del Opus Dei, patrocinado por la Obra Social Cajamadrid desde 1974 y por la Comunidad de Madrid ni más ni menos. No sé por qué no me sorprende.

Según su página web, “las Efas, desde el comienzo de su actividad, solicitaron a la Prelatura del Opus Dei que nombrara sacerdotes que se encargaran de la atención espiritual de los alumnos” mientras que soy consciente de que las profesoras, la mayoría pertenecen también al Opus Dei. Y digo profesoras, porque no hay profesores excepto los de formación espiritual que son curas. De nuevo las mujeres, aunque sean religiosas, no parecen tener categoría para impartir esta asignatura.

Y no pasa nada, se puede ser del Opus y comer callos como todo el mundo, no se es un bicho raro, salvo que los anticonceptivos y los escotes, entre otras muchas cosas, están prohibidos. Si no eres de su comunidad, simplemente están mal vistos.

Señores del Opus Dei, su filosofía de vida es de la edad media. En los días que corren la educación diferenciada no tiene sentido. Estamos en la era de la libertad, de la igualdad de sexos, de razas y de oportunidades, así que no me vengan con el rollo de que los niños son diferentes a las niñas. ¡Por supuesto! Pero no por ello hay que, primero, discriminar a los niños de Colmenar con ese centro y, segundo, educar a nuestras niñas en la religión, las costumbres y las premisas del siglo XVII.

Desde las escuelas EFA reivindican una enseñanza vanguardista en formación profesional y por otra parte también apuntan que la información que se imparte allí está inspirada en los principios del humanismo Cristiano. Las dos cosas no se pelean demasiado, sin embargo en absoluto me parece una educación vanguardista que las niñas hagan bordados mientras los niños juegan al futbol, por poner un símil.

Mis amados Colmenareños, la escuela EFA es rebobinar a los tiempos del franquismo, de la discriminación de las mujeres y del cristianismo radical. ¿Enviarían a una hija suya a una escuela religiosa radical islamista, protestante, hindú o judía?